Noviembre 16, 2015

Estimada(o)s miembra(o)s de PEN, estimada(o)s amiga(o)s,

He aquí una última carta para decir gracias y reportarles acerca del 81° Congreso de PEN Internacional en la Ciudad de Quebec.

Primero lo más evidente: tenemos una nueva Presidenta, Jennifer Clement, una gran novelista. Ella fue Presidenta de PEN México cuando organizamos por primera vez nuestro nuevo modelo de delegaciones internacionales en 2012. La he visto lidiar con situaciones difíciles y riesgosas. Sé que ella ya se encuentra trabajando arduamente y contará con toda mi fidelidad.

Fueron unas elecciones extraordinarias ya que las candidatas – Jennifer Clement, Zeynep Oral Presidenta de PEN Turquía, Vida Ognjenović Presidenta de PEN Serbia y Vice-Presidenta Internacional – provienen de países con situaciones políticas difíciles y han tenido que demostrar su valentía y audacia a través de los años, enfrentando a regímenes autoritarios. He trabajado con las tres candidatas y tengo una gran admiración por cada una de ellas.

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Escribo esta carta mientras recibo las noticias de los ataques ocurridos en Paris y Beirut. Sabemos lo que representamos – estamos en contra de la violencia, en contra del odio, a favor del respeto al prójimo aunque estemos en desacuerdo, a favor de la libertad de pensamiento y expresión. En los últimos 20 años un espiral de violencia ha estado en movimiento, cada vez más grande, cada vez más agresivo, arrastrando consigo a nuevas capas de la sociedad, dando nacimiento a un populismo desagradable, a un nuevo racismo, tomando un sentido que en todos estos conflictos la libertad de expresión es inevitablemente una víctima. Pero las verdaderas víctimas son aquellas asesinadas en Paris, Beirut o en Siria. Ellos, sus familias, sus amigos.

Lo que sabemos es que ninguno de estos actos de populismo o pensamientos de venganza han reducido la violencia. Tampoco han reducido la violencia los constates cambios de política que promueven sistemas de seguridad sobre los derechos de los ciudadanos. Al contrario, la violencia continúa creciendo. De tal manera que esta estrategia es equívoca. Siendo así, nuestra creencia por un via humanista y de libertad de expresión se convierte en algo mucho más esencial.

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El Congreso de Quebec fue un gran éxito. Sucedió unas semanas antes de los ataques en Paris y Beirut, pero ustedes saben a que me refiero cuando expreso que cada vez que nos reunimos es en una atmosfera tanto de sufrimiento como lo es de éxito; de crisis actuales y anticipadas. Este es el mundo de la escritura y de la libertad de expresión.

Estuvieron presentes 84 centros de 75 países. Participaron 300 escritores, editores, traductores y también blogueros.

Como muchos de ustedes sabrán, también nos acompañó una gran tragedia. Djibril Ly, el Presidente del nuevo centro PEN Mauritano – el cual fue votado como centro oficial junto con PEN Mali – se enfermó gravemente y murió. Esto fue una tragedia, pero él nunca estuvo solo. Romana Cacchioli y Anne-Laure Mathieu en particular, estuvieron siempre con él. Un par de personas incluyendo a Romana, Anne-Laure, Émile Martel, Ismaïla Samba Traoré, Carles Torner, Annie Pénélope Dussault y yo, estuvimos presentes cuando murió. Todo esto esta descrito en esta liga. Me gustaría añadir que Djibril era un nuevo amigo, pero ya podía yo sentir que una larga y estrecha relación entre nosotros se encontraba en el horizonte. Djibril fue un gran escritor y un ejemplo para todos nosotros.

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Yo sé que él hubiera sido inspirado por muchos de los resultados del Congreso: para empezar, por la Declaración de Quebec sobre la traducción literaria, las traductoras y los traductores. He aquí uno más de nuestros documentos de fundamento. Durante los últimos seis años nos hemos dado a nosotros mismos un número de documentos fundamentales – documentos de ética – que dan cara a nuestra Constitución. El Manifiesto de Girona de derechos lingüísticos, La Declaración de PEN de la Libertad Digital, la resolución en contra de las legislaciones anti-LGBTQI, Los Principios de Derechos de Autor y Derechos Morales de PEN Internacional, y el Manifiesto de Bled del Comité de Escritores en Prisión. Y ahora la Declaración de Quebec.

PEN tiene la fuerza de sus palabras y de los creadores de esas palabras. Entre más expliquemos, y de manera clara lo que creemos, más fuerte seremos.

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En otro momento emotivo, Ensaf Haidar, la esposa de Raif Badawi, bloguero de Arabia Saudita, quien ha sido sentenciado a 1000 latigazos, y sus tres hijos estuvieron acompañándonos en la ciudad de Quebec. Primero formaron parte de una ceremonia en un monumento público erigido para llamar la atención a tres casos principales – Juan Carlos Argenal, periodista hondureño asesinado en 2013 en su hogar; Amanuel Asrat, poeta de Eritrea, crítico y jefe de edición del gran periódico Zemen el cual fue arrestado en su casa en 2001; Y Raif Badawi quien permanece en la cárcel en Arabia Saudita bajo una sentencia de 1000 latigazos, en efecto una sentencia de muerte. Después, Ensaf Haidar con sus tres hijos, se presentó ante la Asamblea de PEN .

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Durante la semana en la Ciudad de Quebec, lanzamos oficialmente el Círculo de Escritores de PEN Internacional con 22 miembros fundadores de todo el mundo. Esperamos que otros 20 escritores se unan próximamente. Este es el segundo de cuatro Círculos. El siguiente será el Círculo de Lectores y después el Circulo de la Pantalla.

Estos Círculos son una nueva manera de involucrar a los líderes de la comunidad creativa – y a quien la apoya – a una relación más estrecha con PEN. Estos Círculos y sus miembros son cada vez más importantes en la construcción de la independencia de PEN Internacional al incrementar sus fondos no restringidos los cuales nos permiten responder a las diferentes crisis inesperadas que enfrenta el mundo de la literatura y su libertad de expresión.

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Además de la elección de nuestra nueva Presidenta, Jennifer Clement, se tomaron a cabo otras importantes elecciones en la Ciudad de Quebec.

Markéta Hejkalová terminó su segundo mandato en el consejo. Ella fue una líder invaluable en la organización de los congresos. Regula Venske fue escogida para tomar su lugar. Salil Tripathi fue elegido como el nuevo Presidente del Comité de Escritores en Prisión, sustituyendo así a Marian Botsford Fraser después de sus 6 creativos y exitosos años encabezando este comité. Elisabeth Nordgren fue elegida para sustituir a Ekbal Baraka como la Presidenta del Comité de Mujeres Escritoras.

Margaret Atwood, Joséphine Bacon, Russell Banks, Joseph Boyden, Jung Chang, Adrienne Clarkson, Chris Hedges, Danny Laferrière, Robert Lepage, Jean-Francois Lépine, Yann Martel, Julio Rivas y Louis-Karl Picard Sioui formaron parte de un gran número de eventos en salas llenas de gente. Estos fueron organizados por el impresionante Festival Québec en toutes lettres encabezado por Bernard Gilbert.

Y el tercer Premio Nuevas Voces fue otorgado por Yann Martel a Rebecca F. John del Centro del País de Gales. Cada año más escritores jóvenes están formando parte de este concurso a través de sus centros PEN.

Fue un congreso maravilloso por el cual debemos un gran agradecimiento a PEN Quebec, a nuestro amigo Émile Martel y a todos aquellos que trabajaron con el.

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Durante el Congreso tuvimos debates alrededor de las literaturas indígenas, el papel del periodista en situaciones de guerra, nuestro programa OutWrite en apoyo a la comunidad LGBTQI la cual se enfrenta a leyes represoras en 75 países. Hubo una importante discusión involucrando nuevas ideas de cómo podemos proveer mejor y mayor protecciones a escritores en riesgo.

Un gran número de resoluciones fueron aprobadas, por ejemplo, para apoyar a centros en situaciones difíciles. Estos centros regresan a su casa en Australia, en los Balcanes, Bangladesh, Etiopia, Honduras, India, México, Myanmar, Vietnam y Turquía con la absoluta autoridad de la asamblea detrás de ellos. Existen otros países que no permiten la formación de un centro PEN o donde sus escritores tiene que realizarlo en exilio. En todos estos casos, hablamos en su nombre.

Estas resoluciones y otras – por ejemplo, la resolución sobre crisis de refugiados en el Mediterráneo y Europa – están ahora en nuestra página de internet y han sido enviadas a las autoridades relevantes.

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Me encuentro realmente agradecido con los cientos de personas que me han recibido, que han formado parte de las delegaciones y que han trabajado en la recaudación de fondos durante los últimos seis años. Estas son solamente tres áreas en las cuales muchos de nosotros hemos trabajado juntos.

Debo dar un agradecimiento personal a Haroon Siddiqui y a Émile Martel, quienes inicialmente me empujaron a ser candidato a presidente y por su invaluable apoyo y consejo. Al mismo tiempo, permítanme agradecer a los dos centros de donde soy miembro, PEN Canadá y PEN Quebec. Y a los miembros antiguos y actuales del ejecutivo: Hori Takeaki, Eugene Schoulgin, Eric Lax y Jarkko Tontti. Al consejo y a los presidentes de los comités. A Franca Tiberto quien me convenció a escribir esta carta mensual para que los miembros estuvieran al tanto de mis actividades. A Joanne Leedom-Ackerman por sus constantes y sabios consejos. A Carles Torner y al secretariado, devoto a la causa de PEN. A Roberto Alvarez y a Alain Pescador, mis dos valiosos, entusiastas e infatigables asistentes.

Pero por encima de todo, les debo las gracias a ustedes, a los miembros y socios de PEN. Mis mejores momentos han sido primeramente durante esas largas y complejas sesiones de nuestra Asamblea General donde una gran parte de nuestra familia de PEN se reúne y expresa abiertamente su complejidad; y segundo, durante las muchas delegaciones y mis visitas a los centros, trabajando con ustedes, en su casa.

Finalmente, un enorme agradecimiento a Adrienne Clarkson por sus consejos diarios, su paciencia, y su fuerte compromiso a la causa de PEN.

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PEN es un fenómeno extraordinario, único a otras organizaciones de la sociedad civil – una democracia basada en sus miembros y su compromiso. El resultado se da en sus miles de voluntarios devotos a la causa; una causa que para muchos de ustedes significa un riesgo personal.

Esto último, más que nada, se queda en mi mente después de estos últimos seis años. Tuve la oportunidad de visitar 50 de nuestros 150 centros. ¡Solo un tercio! Y centro tras centro, me encontré con novelistas, poetas, editores, y con otros que simplemente deseaban expresarse. Sin embargo, regímenes autoritarios se encontraban en su camino. Bloqueando el derecho de los ciudadanos de ser ellos mismos. Todos nosotros trabajamos juntos para cambiar estas situaciones. De aquí se conforma nuestro trabajo y nuestra causa, no importa que tan difícil sea la situación, todo se convierte en una expresión de optimismo. Si agregan a los adolescentes que conocí en los programas escolares en Sierra Leona, o a los graduados de nuestra Escuela de Libertad de Expresión en Asía Central o a los participantes de nuestra competencia Voces Emergentes, o los jóvenes que conocí en Myanmar ansiosos de expresarse en público por primera vez, o a los valientes estudiantes activistas en Honduras, este optimismo se manifiesta de manera más clara.

Las situaciones altamente diferentes de nuestros miembros y las iniciativas requeridas por tal diversidad, tejen una organización complicada. Pero esta complejidad también explica por qué PEN importa y porque su influencia es cada vez mayor.

Muchas gracias por permitirme tomar este papel durante los últimos seis años. Por el momento me encuentro entusiasmado de continuar mi compromiso como un miembro activo y solidario.

John Ralston Saul

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Noviembre 17, 2015 – Carta de despedida de JRS a la membrecía de PEN[:]